lunes, 19 de diciembre de 2011

estrellas de Navidad

¿Conocen la goma eva, foamy o fomi?
Es un material muy agradable al tacto que se presenta en vivos colores, fácil de recortar para los más pequeños y muy ductil en manos de los grandes, incluso puede ser modelado con calor.

Los diseños pueden ser tan personales o tan tradicionales como ustedes deseen.. bolas, trineos, bastoncillos navideños... les propongo comenzar haciendo estrellas.

Materiales: 
Patrón de estrella (puede hacerlo uno mismo)
Tijeras
Goma eva del color que deseen
Marcadores plateados y dorados
Alambre dorado
Cuentas de vidrio gris, blanco y azul

Paso a paso: 
Dibujar el patrón de una estrella, para repetirlo en varias.
Traza el dibujo sobre la goma eva (necesitas 2 estrellas para hacer cada adorno).
Recórtalas y hacer un corte a cada una.
Con el marcador dorado o plateado dibuja espirales, rayas, puntos y lo que más les guste. Espera que el marcador se seque. Unir las estrellas por las rendijas.
Realizar un pequeño orificio en el extremo de una de ellas para pasar el alambre y así poder colgarla después donde deseen.
Pasar las cuentas de vidrio por  los extremos del alambre para crear un bucle luminoso por donde poder colgar el adorno.

 ¡y listo!

lunes, 12 de diciembre de 2011

Calendarios de Adviento... y más

Algunas de nuestras familias han compartido en la lista sus ideas sobre los calendarios de Adviento.

Me gustaría recoger algunas de esas ideas que han sido compartidas públicamente en blogs que están abiertos a toda la comunidad.

En "Bajo el diente de León2" nos proponen hacer un calendario sencillo, y con visión de futuro. Usan vasos de plastico rojo, escpeto el número 25 que tiene un Papa Noel.

La idea es que después de ver cada sorpresa (chocolatinas, actividades juntos, excursiones, etc.), en cada uno de los vasitos planten una semilla.

Estamos deseando saber que crece en los semilleros de J y R.

Y en el blog "Alzar el vuelo" nos muestran un calendario igualmente sencillo, hecho con bolsitas realizadas con servilletas de papel, eso si ... de motivos navideños.  Y nos dicen ...

Después de meter los mensajitos de buenas acciones (ver entrada anterior) las até con una cintita de regalo y las colgué a un cordón con las pinzas.

Edito la entrada para añadir el trabajo de otra de nuestras familias, que no tiene blog... por ahora...

Las casas están hechas con cajas de cerillas, y no tiene números sino adivinanzas, pues buscan ejercitar la atención. 

Un ejemplo:
Día 1: "En esa casa vive alguien a quien te quieres comer"
           y el niño/a busca ... hasta encontrar la casita que tiene en la puerta un "Ginger bread man" (una galleta de jengibre con forma de hombrecito)
           
Día 2: "Tiene el tejado verde y la puerta naranja"

Y así hasta el día 25. Al abrir cada cajita se encuentra una pequeñisisma sorpresa. 

El conjunto se ve así de lindo. 

lunes, 5 de diciembre de 2011

El efecto Mozart

Circula entre los padres y madres preocupados por ofrecer a sus hijos experiencias estimulantes desde su gestación y durante los primeros años de sus vidas, una teoría que se ha dado en llamar "El efecto Mozart" y que se refiere a los supuestos efectos que puede producir en nosotros escuchar melodías de W. A. Mozart.

La historia comienzo en la década de 1990 cuando apareció un estudio que en su conclusiones, y haciendo una traducción al lenguaje popular, venia a decirnos que  "escuchar a Mozart nos hace más inteligentes"

En 1993, la psicóloga Frances Rauscher, de la Universidad de California y el neurobiólogo Gordon Shaw de la Universidad de Wisconsin describieron que la exposición de 36 estudiantes durante 10 minutos de la sonata para dos pianos en re mayor K.448 (véase catálogo Köchel) tenía efectos positivos en las pruebas de razonamiento espacio temporal. Este efecto duraba supuestamente unos 10 minutos y el hallazgo fue publicado en 1993 en la revista Nature. Desde entonces, se han intentado repetir estos experimentos y nunca se ha llegado al mismo resultado.

He aquí un resumen.


En 2003 la revista Nature publicó una investigación de la Universidad de California que reforzaba la idea concluyendo que solo diez minutos de una sonata para piano de Mozart bastaban para mejorar nuestro razonamiento espacial. 


En 2007 un reporte publicado por el Ministerio alemán de investigación, del que se hizo eco Nature, y un análisis posiblemente de toda la literatura científica relacionada con música e inteligencia, concluye que «escuchar pasivamente la música de Mozart —o cualquier otro tipo de música del agrado de uno— no hace a una persona más inteligente. Pero otros estudios deberían ser realizados para comprobar si la audición de música podría incrementar a largo plazo el coeficiente intelectual de un niño...».


En mayo de 2010 un equipo de científicos de la Universidad de Viena comprobó la influencia de la música de Mozart en 3.000 personas, y los resultados no registraron ningún incremento en la inteligencia de los sujetos que habían sido sometidos al experimento.2 También se han reportado casos de personas con diversas enfermedades psiquiátricas que han tenido mejoría escuchando regularmente música de Mozart, aunque en todos los casos se ha citado el efecto placebo.


En cualquier caso, siempre será un placer escuchar a Mozart, quizás no nos haga más inteligentes pero seguro que nos hace más felices.