lunes, 28 de enero de 2013

La bolsa misteriosa

Este es un juego para divertirnos y para experimentar, para conocernos y para reconocer nuestro entorno.

La persona grande introduce en una bolsa (de papel, de plástico  de tela) objetos variados con diferentes texturas... las personas pequeñas deben introducir su mano sin ver y descubrir por el tacto que es lo que están tocando, si no lo saben, pueden describirlo para que el resto de las personas que juegan puedan dar su opinión.

En la bolsa debe haber de todo un poco, cosas fáciles de reconocer como canicas o garbanzos; y difíciles y que nos obliguen a usar todos nuestros recursos lingüísticos para describirlas, como uvas peladas o espaguetis cubiertos con pan rallado.

 Nosotros podemos hacer algunas preguntas del tipo: ¿Qué forma tiene?  ¿es rugoso o suave? ¿es blando o duro?


lunes, 21 de enero de 2013

Bits de inteligencia


Los bits de inteligencia son unidades de información visual que constituyen un método de estimulación temprana, basado en la visualización (y escucha) repetitiva de pequeños fragmentos de información.

El “creador” de los bits de inteligencia tal como los conocemos fue Glenn Doman, fisioterapeuta estadounidense, y los definió como:

Unidades de información que se presentan a los niños de una forma adecuada. Su realización concreta se encuentra en la utilización de una ilustración o dibujo muy preciso o una fotografía de buena calidad acompañado de un estímulo auditivo, que consiste en enunciar en voz alta lo que representa.
Como vemos, se trata de un concepto sencillo que probablemente muchos de vosotros hayáis usado con vuestros hijos sin saber que se trataba de bits de inteligencia.

En el blog orientacionandujar podemos descargarnos colecciones completas de estos bits.

Estas tarjetas pueden ser elaboradas por nosotros mismos de manera muy sencilla, simplemente con un folio o cartulina y rotuladores para dibujar, o pegando fotografías.

Según su “creador”, el mejor momento para poner en práctica este método, es cuando el niño no supera los seis años de edad. Habría que repetir la presentación de las mismas diez tarjetas tres veces al día (en sesiones separadas entre sí), durante cinco días seguidos, o parar antes si observamos que el niño se cansa.