Desde siempre, los niños han tenido la necesidad de moverse, curiosear, manipular y experimentar con sus cuerpo, con el entorno y con objetos. Quieren investigar, relacionarse, crear e intercambiar descubrimientos.
Para apoyarlos en su desarrollo el juguete es un aliado inmejorable, siempre y cuando permita libertad.
El juego debe ser una actividad que canalice su energía, pero además permita construir una solida autonomía personal.
Es por todo ello por lo que debemos buscar juguetes que sean capaces de acompañar el crecimiento físico, intelectual y emocional de cada etapa.
Orientaciones a la hora de elegir juguetes
- que sea deseale, que estimule la imaginación.
- que sea seguro. Elaborado con materiales solidos, con pinturas no tóxicas. Cuanto más pequeño es el niñ@ más grande debe ser el juguete.
- Adecuado a la personalidad del destinatario. Un niño/a tímido puede relacionarse mejor a través de juegos de equipo (con varios jugadores); a un niñ@ muy activ@ los juegos de atención y artísticos le ayudaran a manejar su ritmo interior.
- Sencillo, eso posibilita una amplia gama de usos, lo que fomenta la fantasía y su capacidad simbólica.
0-6 meses: Necesita juguetes que le ayuden a descubrir su cuerpo y a distinguir diferentes texturas, formas y colores. Los sonajeros, móviles de cuna, muñecos de goma, mordedores, alfombras con actividades, etc.
7-12 meses: El bebé empieza a explorar los objetos y a reconocer voces. Pelotas, muñecos de trapo, juguetes sonoros, tentetiesos, balancines y andadores.
13-18 meses: Los cubos para encajar y apilar, las bicicletas con ruedas y los cochecitos.
19-24 meses: Coches, bicicletas, pizarras, pinturas, instrumentos musicales, muñecas y animalitos.
2-3 años: Triciclos, palas, cubos, rompecabezas, pinturas, teléfonos y muñecas.
3-5 años: Bicicletas, pizarras, magnetófonos, marionetas y muñecos articulados.
Y siempre, a cualquier edad, el contacto con la naturaleza (tierra, agua, plantas y animales) y los libros.
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