Cientos de padres y madres luchan todos los días por que sus pequeños coman verduras, legumbres o pescado, y dejen de lado las grasas, dulces y demás chuches. ¿Hay alguna razón que explique este apego a lo que más engorda? ¿Por qué los niños reniegan de los alimentos más saludables? Es la misma necesidad de supervivencia la que explica unos gustos en principio tan poco recomendables: los humanos disfrutamos más de los alimentos más energéticos y no tanto de aquellos que aportan menos calorías. Las papilas gustativas que detectan el sabor dulce se hallan en la punta de la lengua y son muy raros los casos de insensibilidad al mismo, seguramente por lo explicado antes: es un rasgo de supervivencia. Sin embargo, el sabor amargo es señal de veneno. Las almendras amargas, por ejemplo, tienen una pequeña cantidad de cianuro, y la cafeína, presente en el té, el café y el chocolate, es un pesticida que muchas plantas emplean para disuadir a los molestos insectos.
1 comentario:
Hola me encanto su blog Besitos.
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